Los inciertos escenarios de Norcorea

Una vez más, Corea del Norte tiene al mundo pendiente de lo que ocurre dentro de sus herméticas fronteras. Es que la última vez que Kim Jong-un apareció en público fue el 11 de abril. Tres días después, no asistió a una prueba de misiles balísticos, lo que resultó extraño, considerando la importancia que él le otorga a estos lanzamientos. Pero lo que encendió las alarmas fue que no presidiera la ceremonia del “Día del Sol”, el pasado 15 de abril, oportunidad en la que se conmemora el natalicio de su abuelo Kim Il-sung, el fundador de Norcorea.

A partir de ese instante, la versión de que Kim se había sometido a una operación al corazón y que esta había salido mal, se extendió por el mundo. Desde entonces, unos lo dan por muerto, mientras que otros aseguran que se encuentra en estado vegetal. Y que prueba de eso sería el viaje de una delegación china a Pyongyang, integrada por altos funcionarios y médicos militares.

Sin embargo, un supuesto mensaje de agradecimiento de Kim Jong-un (sin imágenes, por cierto) a los trabajadores que participaron en la construcción de nuevas instalaciones en la ciudad de Samjiyon, así como un informe de los servicios de inteligencia de Surcorea que afirma que Kim “está vivo y bien”, solo suman nuevos elementos a este misterio.

En todo caso, no es la primera vez que el gobernante norcoreano “desaparece” del ámbito público, porque en 2014 estuvo 40 días lejos de toda actividad pública, supuestamente producto de una operación al tobillo.

Su actual ausencia ha generado todo tipo de especulaciones sobre lo que podría ocurrir si hubiese fallecido. En gran medida, porque a lo largo de 72 años de existencia, Corea del Norte ha sido gobernada solo por tres hombres: Kim Jong-un, su padre y su abuelo. El punto es que la línea de sucesión de esta verdadera dinastía se encuentra ante un complejo escenario, porque el mayor de los hijos de Kim tendría apenas diez años, lo que ha hecho que las miradas se hayan dirigido a su hermana menor: Kim Yo-jong.

Desde 2014 ella ocupa el cargo de subdirectora del Departamento de Agitación y Propaganda de Norcorea y, en 2017, Kim la nombró miembro suplente del Politburó del gobernante Partido de los Trabajadores. Además, Kim Yo-jong encabezó la delegación norcoreana a los Juegos Olímpicos de Invierno en Pyeongchang (Corea del Sur), en febrero de 2018. Y posteriormente acompañó a Kim Jong-un en las cumbres con Donald Trump en Singapur y Hanoi (Vietnam).

Pero a pesar de ser la hermana del Líder Supremo y de los cargos políticos que ella ocupa, Kim Yo-jong no tiene garantizado convertirse en la heredera del régimen. Tanto la cúpula del partido como la de las fuerzas armadas están integradas por hombres de avanzada edad que, probablemente, se resistirán a la idea de que una mujer de 32 años se transforme en la nueva gobernante de Norcorea.

En otras palabras, esta verdadera “gerontocracia patriarcal” representa el principal obstáculo para Kim Yo-jong. Y frente a eso, la única opción sería poner punto final a la dinastía Kim y abrirse a un nuevo líder o, incluso, a un cuerpo colegiado que asumiera sus funciones. Ambos casos representarían un profundo quiebre para una sociedad tan ortodoxa, en la cual no existen focos conocidos de disidencia y que durante generaciones ha visto a los Kim como figuras casi divinas.

Por otro lado, si la hermana de Kim llegara a sucederlo, eso también marcaría un giro significativo, ya que se transformaría en la primera mujer en gobernar Corea del Norte. Y sería la señal de que las fuerzas menos conservadoras (o más reformistas, si es que las hay) dentro del partido y las fuerzas armadas tendrían un peso mucho mayor del que se pensaba hasta ahora.

Sin una confirmación oficial del estado de salud de Kim Jong-un, solo es posible delinear futuros escenarios. Pero si efectivamente falleció o se encuentra incapacitado de manera permanente, actores como Estados Unidos, China y Corea del Sur deberán reaccionar con prudencia frente a un eventual y desconocido nuevo liderazgo de Norcorea.